viernes, 25 de marzo de 2011

Consumo Ecológico


Cada vez más gente se vuelve consciente de la necesidad de cuidar el medio ambiente. Muchas de éstas personas despotrican contra las organizaciones y corporaciones internacionales, desligándose de la responsabilidad sobre el impacto de las actividades individuales sobre nuestro planeta. Si bien las industrias son partícipes en un mayor grado, no debemos olvidar que son comandadas por personas, y que de el comportamiento individual surge la tendencia social. Por lo tanto la fuerza del cambio está en cada uno de los individuos que componen la sociedad, desde las decisiones domésticas se inicia la batalla para reducir el impacto de las acciones en los ecosistemas. Sin ir más lejos, el concepto de las 3 R de la ecología debe ser comprendido y aplicado para la satisfacción de cada necesidad de "consumo", para evitar impactos innecesarios en el ambiente. Muchos hablan de la importancia del reciclaje o de los productos reciclados, pero el concepto de consumo ecológico de las 3 R abarca mucho más que eso, y los pasos previos son igual o más importantes que el reciclaje, que debe tomarse como última medida.
Reducir. El primer paso es la selección cuidadosa y efectiva de los artículos a consumir, buscando minimizar la cantidad de residuos que esto generará, esto se logra por ejemplo, priorizando productos con mayor contenido neto, evitando los desechos de sobrante de empaquetado, buscando productos envasados con materiales sustentables o reciclados, utilizando menos bolsas plásticas para transportar los artículos comprados, evitando la compra de artículos de caducidad rápida o descartables, favoreciendo aquellos que sean de utilidad durante un mayor tiempo, comprando productos locales y de estación, realizando compras en la zona para evitar el uso de combustible, reduciendo el uso de vehículos que emitan CO2 optando por alternativas más saludables o compartiendo vehículos, privados o públicos.
Reutilizar. Muchos confunden este paso con el reciclaje, conocer la diferencia es importante y muchas veces puede generar un mejor aprovechamiento de los productos que se adquieren. La reutilización se basa en volver a usar o darle un uso diferente a aquellos productos que lo permitan, evitando así su pronto desecho o su desecho en sí. Por ejemplo, una lámpara hecha de discos compactos o un adorno hecho con botellas de plástico, son acciones generalmente etiquetadas como reciclaje, pero son claros ejemplos de reutilización de materiales para un propósito diferente para el cuál fueron producidos. Esto puede potenciarse desde el primer paso, eligiendo productos o artículos con múltiples aplicaciones y posibilidad de reutilizarse muchas veces antes de su desecho, comenzando desde ya por evitar las bolsas plásticas en la compra, optando por bolsas reutilizables de tela u otro material resistente; utilizando baterías o pilas recargables; y evitando todo artículos descartable que tenga un sustituto reutilizable.
Reciclar. Para evitar la utilización de insumos vírgenes en la producción se busca reintroducir al ciclo productivo artículos que hayan finalizado su vida útil, este proceso industrial y complejo tiene la ventaja de reducir la energía necesaria para procesar el material además de evitar el consumo indiscriminado e innecesario recursos naturales. Para la efectividad de este paso es fundamental la separación de residuos en origen, principalmente preseleccionando aquellos materiales aptos para ser reciclados y separarlos de aquellos que no pueden serlo, destinando los desechos orgánicos para la realización de compost o abono orgánico; mucho mejor aún si se puede colocar por separado vidrios, cartones y papeles, metales, pilas, etc. Esta acción es fundamental y necesaria para mejorar los costos y la eficacia del reciclaje.
Como vemos, hay muchas maneras de ser respetuoso con el ambiente, minimizando el impacto de nuestras acciones y generando alternativas que puedan satisfacer nuestras necesidades sin afectar más de lo necesario la naturaleza que nos rodea.

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