SUELO Y LABOREO:
El suelo de la parcela será profundo, homogéneo, bien drenado, sin piedras y de estructura no degradada, esto es , que permita tres condiciones fundamentales : circulación y equilibrio en el suelo del aire y del agua, poder mantener una reserva de agua útil para las plantas y mantener una fácil penetración de las raíces.
De la calidad del lecho de siembra depende la regularidad de la nascencia, el buen desarrollo del cultivo y la agrupación de la floración y de la recolección.
El laboreo profundo será según convenga: subsolador, vertedera o chisel.
En las labores posteriores de preparación y para evitar hacer polvo, daremos un riego de 12/14 litros / m2.
Dejaremos un suelo lo mejor nivelado que podamos, para que no se formen charcos, asentaremos el lecho de siembra con un pase de molón sin agua/peso y en redondo para no compactar las cabeceras.
LA FERTILIZACIÓN:
En nuestras condiciones el abonado de fondo se puede hacer con un buen estercolado y en la siembre directa con humus de lombriz.
CICLO DE CULTIVO:
La duración del ciclo de cultivo oscila entre los 70 y 80 días, entre siembra y recolección. Una de las dos fases más importantes, que va de la aparición de los botones florales a recolección, oscila de 30 a 40 días con lo que hay poco tiempo para hacer las cosas a tiempo correctamente.
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